sábado, 10 de julio de 2010

La dimensión tan conocida



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Nuestro departamento daba a la calle Talcahuano y despues de un tiempo a Rivadavia. Era un monoambiente normal, de no muchos metros cuadrados. Todo pintado de blanco, cocina incluida, con un incomodo tablón haciendo las veces de barra, en donde cocinábamos y dejábamos las llaves. Tenia ese aroma a nuevo, a esos regalos que uno se imagina antes de romper el envoltorio. Un baño común y corriente, con ducha y una repisita donde apoyábamos maquinas de afeitar, cepillos de dientes y todo tipo de artículos para el aseo personal. No había mucho espacio como para acomodarse, como para las visitas (aunque nadie nunca nos visitaba), pero fue un suceso de imprevistos los que terminaron trasladando otro cuarto, y el monoambiente, ya no fue de un solo ambiente.
El trastorno que genero en sus cabezas estos cambios repentinos, esta magia inmobiliaria. Las lamparitas que se quemaban, el viento golpeando la ventana en esas noches lluviosas, los ruidos insoportables de los vecinos. El flash intermitente rebotando en el costado derecho del cuarto. Luego los bocinazos que llegaban desde la otra calle, las marchas en el congreso, el camión de la basura, los murciélagos en el taparrollo.

El ascensor era nuestro medio de transporte mas frecuentado, nos llevaba del quinto piso a la planta baja. Uno sentía como ese viejo ascensor nos trasladaba verticalmente y al abrir la puerta del quinto, se ingresaba en otra dimensión, una paralela de nuestras vidas, donde el monoambiente era menos monoambiente y miraba hacia otra calle. Donde ella era distinta y tenía otros sabores.

Nos fuimos a vivir juntos por que el tiempo nos hizo esclavos de nuestro compañerismo, el cual muchas veces disfrutábamos: Pero como siendo revueltos en una salsa de anécdotas conyugales, las especias faltaron, y el sabor se diluyo en ese exceso de agua y sal a mal gusto. La rutina exigía labores varios, lavar la ropa, bajar a comprar dentífrico (triple acción o plax whitening), deshacerse de los residuos y sacar a pasear nuestra blanca pelosidad. Confiamos demasiado en lo cotidiano, en seguir una línea invisible, en alejarnos de la normalidad. Pero las derrotas suprimieron a las victorias, y así los días se hicieron semanas, las semanas meses y los meses ya no fueron treinta días. Primero dormimos las pasiones, extinguimos las energías, hasta que en el bostezo del amor, el nos durmió a nosotros.
No había secretos, pero en secreto si los había. Ver las mismas caras todos los días ejercía sobre los dos un poder de acostumbramiento absoluto. Nos devastaba, nos mantenía encerrados en un mundo falso, de colores exóticos y verdades irreales.

Paso el tiempo y su verdad fue el dolor mas grave, una estaca clavada en las cuerdas vocales. Ese día en que hablo, esas cuatro palabras que dijo, despertaron la tormenta de mis fantasmas. Los núcleos en mi cabeza insultaban a cuanta cosa se les cruzaba y nada ya, fue ideal.
Abandone el departamento, esa tarde de abril, deje secando mi almohada a los pies de la cama. Ya no habría mas desiertos de lagrimas ni llantos de arena, el fin era necesario. Las tempestades se acumularon, solo tuvo que abrir una ventana y dejarlas salir.
El monoambiente cerró su puerta gris tras mi paso, llame al ascensor, baje los cinco pisos, y salí directo a esa otra dimensión. Donde todo era igual, se prolongaba el mismo clima, los mismos autos, el 100 (ramal 3) que me llevaría hasta Lanus, al barrio de los tiempos anteriores, donde todo coexistía en ese color sepia. Pero ahí ella no estaba y el sol brillaba viejo, prefirió esa otra superficie de un solo ambiente, siempre cambiante.
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4 comentarios:

  1. Me encantó ese texto...

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  2. Me encantó mucho.
    Estaba en facebook, en la pagina de Cortázar, una frase transcrita por vos, y llegue acá.

    El blog está "favoritado" y entonces me voy a leer todo.

    Perdón por mi español,

    Saludos!

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  3. gracias por pasarte che :) y por lo q decis.. me alegra q te haya gustado.. un saludo!

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  4. muy bueno, señor! lo felicito!! (soy Caro, no entiendo por que no puedo poner mi nombre jajajaja)

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